Por qué una reforma tributaria

Un sistema tributario más simple, justo y estable.

Cambiar el sistema tributario se ha convertido en un desafío permanente en los últimos años. Sin embargo, las múltiples modificaciones no han dado respuesta a las necesidades del país. Creemos que uno de los motivos ha sido la dificultad de los actores políticos, económicos y sociales de concordar las bases de un sistema tributario. Hoy, a través de un proceso de diálogo social, tenemos la oportunidad de avanzar hacia un nuevo pacto que otorgue estabilidad y legitimidad a nuestro sistema tributario y de esta forma entregar certidumbre a los distintos sectores.

La reforma debiese tener como resultado un aumento de la carga tributaria, acercándonos a la situación que se observa en otros países del mundo. De acuerdo a la metodología que utilicemos, nuestra brecha respecto de los países de la OCDE es de entre 9 y 13 puntos del PIB de menor carga tributaria.

Además, de la revisión de nuestra estructura tributaria salta a la vista que algunos de los componentes del sistema tienen un mayor peso relativo en la recaudación si nos comparamos con otros países del mundo desarrollado. Es el caso de los impuestos a las transacciones y los impuestos a la renta de las empresas. Por otra parte, la recaudación por impuestos tanto patrimoniales como a la renta de las personas es relativamente baja, al igual que lo que ocurre con los que gravan la renta económica y los impuestos correctivos para internalizar externalidades. Finalmente, la evasión y elusión se ubica en niveles comparativamente elevados, y se concentra en grupos de altos ingresos.

Esta estructura determina una distribución regresiva de nuestra carga tributaria, lo que rompe con el principio de equidad vertical, reduciendo la legitimidad del sistema. Adicionalmente, desaprovechamos la oportunidad de destinar una mayor proporción de la renta económica de los recursos naturales en fines altamente rentables socialmente como la inversión en la diversificación de nuestra economía. Por último, podríamos hacer más para contribuir a enfrentar la crisis climática desde el sistema tributario.

Esperamos que el resultado del diálogo social que proponemos al país se haga cargo de estos aspectos, permitiendo alcanzar un sistema tributario más simple, más justo, y que dote al Estado de los recursos necesarios para responder a las necesidades sociales, ambientales y económicas que han manifestado las y los ciudadanos. De esta manera, alcanzaremos un sistema más legítimo y estable, otorgando mayores certezas a trabajadores, empresarias/os, contribuyentes y la ciudadanía en general.